
El esperado regreso de Carlos “La Mona” Jiménez a San Juan, luego de 10 años de ausencia, estuvo teñido por una mezcla de emoción y disturbios que empañaron en parte la celebración de los más de 12.000 fanáticos que colmaron el playón del Estadio del Bicentenario. A pesar de la gran fiesta que representó el recital del cuartetero, la noche se vio marcada por incidentes de violencia que interrumpieron el ambiente festivo.
Desde temprano, los seguidores de La Mona se agolparon en la zona, generando una atmósfera de fiesta que fue creciendo a medida que avanzaba el día. Las 7.000 entradas inicialmente puestas a la venta se agotaron en tan solo tres horas, lo que reflejaba la alta expectativa por el regreso de uno de los artistas más queridos del país. Sin embargo, a pesar de la multitud que se disponía a disfrutar del evento, los incidentes no tardaron en llegar.
Durante el recital, varios altercados ocurrieron en la zona del público. Un grupo de inadaptados protagonizó disturbios que generaron caos y preocupación. En redes sociales, comenzaron a circular imágenes de peleas y desmanes entre asistentes, lo que rápidamente se convirtió en el foco de atención de muchos. Estos incidentes, aunque aislados, impactaron negativamente en el ambiente general del evento, haciendo que algunos espectadores se sintieran inseguros.
La violencia no se limitó solo a los altercados. Algunos de los involucrados en los disturbios mostraron resistencia a la intervención policial, lo que complicó la tarea de restablecer el orden. Más de 120 efectivos policiales estaban presentes en el lugar para garantizar la seguridad, pero la situación fue difícil de controlar en ciertas áreas, lo que provocó un aumento en la tensión.