El experimento se realizó sobre una superficie de 4.000 m², dividida en 8 parcelas, en las que se aplicaron distintas técnicas de fertilización orgánica, dejando una parcela de control sin intervención, solo con riego. La variedad utilizada, proporcionada por INTA, es de ciclo intermedio y apta para la producción de pan, destacándose como una semilla con potencial para ser multiplicada en las próximas temporadas.
Además de evaluar el rendimiento y la calidad del cultivo, este ensayo sienta las bases para un plan integral de apoyo a los productores locales. Gracias a un convenio con FecoAgro, se está gestionando la permanencia de una cosechadora de última tecnología en Jáchal, lo que permitirá brindar este servicio clave directamente en el departamento.